divendres, de desembre 24, 2010


Hace ya bastante más de 2010 años, los primeros seres humanos llegaron al extremo más septentrional del planeta: el Polo Norte.

Seguramente no se tratase de abuelitos sonrientes con barba blanca y ropas rojas que montaban renos voladores, pero toda leyenda tiene su parte real. En estas latitudes, como sabréis, la Tierra pasa varios meses privada de la luz del Sol. Por este motivo, sus primeros habitantes, inexpertos y aún desconocedores de la astronomía, creían que la luz y la vida habían abandonado el planeta.

Es por ello que, pocos días después del solsticio de invierno, cuando una pequeña franja de luz volvía a teñir un mundo cubierto de hielo, los nativos celebraban con gran alegría el regreso del Sol.

Cuando los romanos conocieron aquél pueblo y sus costumbres, dieron a esta festividad el nombre de Dies Natalis Solis Invicti (Dia del Nacimiento del Sol Invicto).

Luego llegaron los cristianos, los hombres barbudos con ropas rojas, y los renos voladores... y el Sol fue sustituido en la tradición por un niño palestino hijo de una virgen y, aproximadamente, una paloma. Ejem...


Feliz Navidad!

4 comentaris:

Srta. M ha dit...

xDDDDDDD La última frase es digna de enmarcar eh? jajajaja.....

Feliz Navidad señor! que siga usted dibujando tan bien por muchos inviernos más :)

Eva Huertas ha dit...

chapeau! merci per la historia!
això sí que és una felicitació pel Nadal! jo tb demano que el Sol torni aviat!

carlos muñoz ha dit...

KE BONA LA LLUM!

El Angel Onicófago ha dit...

Touché, magister!